domingo, 30 de marzo de 2014

Nihilismo e identidad

Sorrentino en la película "La gran belleza" cita en un momento dado un libro de Antonin Artaud titulado ¿Quién soy yo?:

¿Quién soy yo?
¿De dónde vengo?
Yo soy Antonin Artaud
Y cuando lo diga
Como sé decirlo
Inmediatamente
 Veréis mi cuerpo actual
 Volar en mil pedazos
 Y recomponerse
 De diez mil formas
  Notorias
 Un cuerpo nuevo
 Donde ya no podréis
 Jamás            
 Olvidarme.

La vaciedad del protagonista nos lleva directamente a problema de la disolución del yo que empieza en el siglo XX, y que el filósofo francés Deleuze nos ha hecho reflexionar profusamente, y se muestra en toda su crudeza en este siglo recién estrenado. El problema de la sociedad contemporánea posindustrial es la auténtica falta de ser, sustituida por una apariencia de ser que esconde solo el tener. Jep Gambardella es el típico cínico ilustrado que se jacta de su propia falta de cualquier moral o creencia. El mundo es una mentira, un teatro en el que cada uno interpreta su papel, bien o mal, y la medida de la interpretación la da el éxito social. La profundidad existencial de las perfomances que Jep tiene que cubrir mediante entrevistas para un público culto que compra la revista para la que escribe, en realidad, son propuestas incomprensibles, decididamente estúpidas que intentan comprar el aburrimiento de una clase absolutamente insensible al sufrimiento humano.

Cuando Nietzsche habla del nihilismo como la falta de valores: ambición, fuerza, generosidad, etc debía de tener en mente al tipo de gente que desfila por la película acompañando a Jep. Gente sin identidad, sin saber quiénes son, como Artaud, fragmentos que se recomponen continuamente en mil formas. Pedazos de una realidad sin sentido, sin objetivos, que buscan en el placer sensorial e intelectual algo a lo que agarrarse para soportar la soledad. 

Jep ha escrito un libro, un solo libro, con el cual ganó mucho dinero y le ha permitido entrar en los círculos sociales más exquisitos y elegantes, y vivir una vida de fiesta y despreocupación continua. Todo el mundo le pregunta por qué no ha escrito otro libro, ¿para qué? responde, no lo he necesitado para el tipo de vida que quiero llevar. ¿Quién es Jep? Como Narciso, se mira y se ve reflejado en el techo de su cuarto, como un mar encima de su cama, y lo que ve es  el rostro de Nadie.